La incredulidad roba bendiciones
- Karl Chupayo Salvatierra
- 16 nov 2020
- 1 Min. de lectura

Estudio: Jesús de Nazareth (Marcos 6:1-6)
Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. (Marcos 6:5)
Nazareth perdió una gran bendición. Su incredulidad les impidió beneficiarse de todo lo que el Señor Jesucristo podría haber hecho por ellos.
Al igual que en nuestros días, cuantas personas hay que, porque son incrédulos, pierden todo lo que Él puede hacer por ellos. Y es tanto lo que Él podría hacer por ellos; y lo necesitan tanto y tan urgentemente. La incredulidad es el único pecado que no tiene perdón. (Juan 3:18)
Pero aún con todo, el Señor se apiadó de algunas personas que padecían enfermedades y los sanó poniendo sobre ellos la mano.
Que la fe y obediencia a Dios sea característica de nuestro día a día.
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