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¿Le tienes miedo a la muerte?

  • Foto del escritor: Karl Chupayo Salvatierra
    Karl Chupayo Salvatierra
  • 5 nov 2020
  • 2 Min. de lectura

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La hija de Jairo y la mujer que tocó el manto de Jesús (Marcos 5:21-43)


“Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita Cumi; que traducido es: Niña a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. Pero Él les mando mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.” (Marcos 5:41-43)

Contexto: Jesús hizo que salieran todas las personas que no tenían fe en que la niña pudiera ser resucitada. Sólo se quedó con tres discípulos, los padres de la niña y la niña quien yacía muerta.

“Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años.” (Marcos 5:41-42a)

Jesús resucitó a la niña. Jesús demostraba el poder soberano de Dios; el poder que vence la enfermedad y la muerte. Sin embargo, también nos damos cuenta que demuestra su autoridad cuando dice “A ti te digo, levántate.”

Este acontecimiento nos otorga una visión nueva tanto de la enfermedad y de la muerte, porque ya ni la enfermedad ni la muerte tienen poder permanente en el creyente porque ya Cristo las ha vencido.

“Y se espantaron grandemente”; es decir, ni siquiera los padres en su desesperación pudieron confiar al 100% en que Cristo tiene el poder sobre estas cosas que doblegan al hombre.

Este mensaje nos ayuda a mirar al futuro con una nueva esperanza: que el Señor es capaz de hacer grandes cosas y que obtendremos una nueva vida con Señor lejos del pecado si es que nos reconciliamos con Él y le entregamos nuestra vida en oración.

Deseo que tenga esta misma fe y esta misma esperanza en nuestro Señor Jesucristo, porque eso va a cambiar su vida aquí y también en toda la eternidad.

Oración:


Amado Señor gracias por enseñarnos hoy que tú eres el Señor, y que tu poder y autoridad sobrepasa todo entendimiento humano. Alabado sea tu glorioso nombre Señor ahora y siempre.


En nombre de tu amado Cristo Jesús, amén.

 
 
 

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